NAZIONALSOZIALISTAK
  TESIS EUROPEISTA
 

 

TESIS EUROPEISTA
 
Introducción
El propósito de este opúsculo es la definición de un marco ideológico que permita aunar criterios a todos los europeos independientemente de las particularidades nacionales de cada uno y defina los objetivos de un movimiento político que aún se encuentra en estado embrionario, pero que debe irse consolidando paulatinamente, por el bien de nuestra vieja Europa.
En primer lugar se tratará de esbozar a la luz de los aún escasos descubrimientos paleontológicos un cuadro de las distintas poblaciones del género Homo, que han habitado Europa, seguido de algunas hipótesis sobre el origen de la raza blanca. El segundo apartado versará sobre la población blanca de Europa entendida como una entidad genética. En tercer lugar se hablará de la historia de Europa destacando el papel desempeñado por los pueblos indoeuropeos.
Se acabará con una exposición somera de la situación actual de Europa resaltando la necesidad de cambios profundos para solucionar problemas de gran calado.
El origen de los europeos
Los primeros homínidos se establecieron en Europa hace más de 1.500.000 años, pertenecían a la especie Homo Erectus y llegaron seguramente procedentes de África, no se conoce con exactitud la línea evolutiva que se siguió, pero parece ser que a través del recientemente descubierto Homo Antecessor se llega al Homo Neanderthalensis, especie que será predominante en Europa entre los años 300.000 y 25.000 antes de nuestra era. Durante la glaciación de Würm aparece por primera vez el hombre de Cromagnon, precursor de la raza blanca en Europa y que ya presenta las características anatómicas del hombre europeo moderno, el hombre de Cromagnon parece descender de una rama evolutiva colateral que da lugar a los precursores de la mayoría de las razas modernas entre los años 100.000 y 25.000 antes de nuestra era, fechas todas ellas inciertas debido a la escasez de hallazgos.
El hombre de Cromagnon, aunque con una capacidad craneana similar al hombre de Neanderthal, posee un cerebro más moderno, con mayor desarrollo de los lóbulos frontales y una mayor capacidad para realizar innovaciones técnicas y va desplazando a los Neandertales hasta la extinción de éstos, por lo tanto, podemos decir que la aportación más antigua al fondo genético actual de los europeos data de hace 25.000 años y se debe al hombre de Cromagnon.
El hombre de Cromagnon y otros grupos de la raza blanca que se irán asentando durante el mesolítico y el neolítico en Europa, África del Norte y Asia, parecen proceder de algún lugar del Asia central, donde hace unos 40.000 años se produce la separación del tronco mongoloide, aunque también se ha hablado del Cáucaso, como lugar de origen de la raza blanca.
A pesar de las lagunas que aún persisten en el conocimiento de la filogénesis de nuestra especie, podemos estar seguros de que en el periodo mesolítico ya está prácticamente con formado el fondo genético común de la población europea, siendo éste muy similar al de los blancos actuales.
En el neolítico se produce una cierta expansión cultural hacia Europa desde Oriente Medio a través de los Balcanes que seguramente consistió en una cadena de influencias culturales, que no tuvieron asociadas una migración efectiva, aunque es muy posible que algunos grupos procedentes de Anatolia se estableciesen en los Balcanes, estos grupos no supusieron en absoluto ningún cambio en el fondo genético europeo, debido a que su origen era el mismo que el de los habitantes locales.
Al concluir la prehistoria, las poblaciones blancas rebasan ampliamente las fronteras de Europa, extendiéndose también por el actual Sahara, entonces mucho más fértil que en la actualidad, (aunque su desertización ya comienza hacia el 10.000 a.C.) y por el Oriente Próximo.
Europa como una comunidad genética Europa, ante todo es una entidad genética y biológica, esto significa que se puede hablar de una "población europea" en el sentido más estricto. Una población suele definirse como un conjunto de individuos de la misma especie, coetáneos y que habitan en un mismo ambiente. Esta definición es un tanto incompleta, dado que no hace explícito lo que se entiende por ambiente y resulta algo confusa al afirmar la necesidad de una simultaneidad temporal para definir a dos individuos como de una misma población. Lo que realmente define una población es su fondo genético, es decir, el conjunto de alelos existentes para cada locus y la frecuencia de cada alelo. (se llama locus al lugar que ocupa un gen en un cromosoma, siendo los alelos cada una de las variedades de un determinado gen). El fondo genético de una población es lo que determina la eficacia biológica de ésta y por lo tanto su capacidad para sobrevivir.
La evolución en el seno de las poblaciones viene determinada por los cambios en ese fondo genético, estos cambios pueden tener como consecuencia una mayor capacidad de adaptación o una disminución de ésta, el que se produzca una cosa u otra no depende tan sólo del cambio producido sino también del medio en el que se desenvuelve la especie en cuestión, incluyendo esto la presencia de depredadores o de competidores, entendiendo por tales a las formas de vida que ocupan el mismo nicho ecológico.
La existencia de cambios bruscos en el medio habitado por una determinada población hace que un fondo genético variado permita una mejor adaptación a dichos cambios y por lo tanto una mayor eficacia biológica. En el caso concreto de Europa como una población humana, la amplitud de nuestro fondo genético presupone una gran adaptabilidad. Por otro lado, al tener el Hombre una dimensión cultural que está en interacción directa con su capacidad intelectiva y que lo diferencia del resto de las especies, los factores adaptativos que predominan en la especie humana son los relacionados con su capacidad intelectual, capacidad que determina la posibilidad de la especie de responder ante los cambios producidos en el medio.
A continuación haremos una exposición de los mecanismos que determinan los cambios genéticos en las poblaciones y trataremos de extrapolar conclusiones al caso concreto de la especie humana y la raza blanca, concepto este último de fronteras difusas que concretaremos posteriormente.
Evolución de las poblaciones El factor que define una población es su fondo genético, el cual se define como el conjunto de alelos característicos de dicha población y las frecuencias de cada uno de estos alelos.
La evolución de una población es por lo tanto el cambio en ese fondo genético, es decir, el cambio en las frecuencias génicas de la población.
Existe un principio, denominado ley de Hardy-Weinberg que dice que en una población panmíctica (en la que los individuos se aparean al azar), en equilibrio (el número de individuos se mantiene constante) y en la que no actúan ni la selección ni las mutaciones, el fondo genético se mantiene constante. En la práctica la ley de Hardy-Weinberg no se cumple nunca, porque no se dan todas las condiciones. El fondo genético de una población cambia debido a numerosos factores: selección, mutación, migraciones, reproducción desigual etc.
-Las mutaciones son variaciones aleatorias debidas a errores en la transcripción genética, radiaciones ionizantes o agentes químicos mutagénicos que hacen que aparezcan nuevos alelos.
-La selección consiste en la eliminación selectiva de ciertos alelos que implican una menor capacidad adaptativa.
-Las migraciones consisten en la variación en las frecuencias de los distintos alelos debida a la introducción de individuos procedentes de otras poblaciones.
-La reproducción desigual es se basa en que hay individuos que al tener más descendencia que otros hacen que la frecuencia de sus alelos aumente en la siguiente generación, en la mayoría de las poblaciones animales estos individuos suelen ser los mejor adaptados a su medio, pero en las poblaciones humanas, debido a factores sociales esto no es así.
Las poblaciones de la misma especie separadas desde un punto de vista geográfico o reproductivo siguen caminos evolutivos distintos y pueden desgajarse en razas, subespecies y especies distintas.
Competencia de las poblaciones por los nichos ecológicos Un nicho ecológico es una función realizada por una especie dentro de un hábitat determinado. De esta definición se desprende que un nicho ecológico está determinado por un lugar geográfico y un medio de obtener la energía necesaria para la realización de las funciones vitales.
Entre las especies o poblaciones que aspiran a ocupar un determinado nicho ecológico se establecen relaciones de competencia, ejemplos de esto los tenemos en el antagonismo entre leones y hienas, que se disputan el nicho de superdepredadores de la sabana africana o en la recesión del cangrejo de río europeo tras la introducción del cangrejo rojo americano.
Estas relaciones de competencia pueden suponer el que uno de los grupos involucrados desplace a otro hacia otras zonas geográficas o simplemente la desaparición de uno de los grupos, como en el caso del hombre de Neanderthal ya mencionado anteriormente o de la rata negra que habitaba Europa en la edad media, totalmente extinguida por la rata gris de origen asiático.
La competencia más dura por un nicho ecológico determinado con frecuencia suele darse entre grupos biológicos (especies, subespecies etc.) próximas evolutivamente y por lo tanto con características similares que los hacen susceptibles de ocupar los mismos nichos ecológicos, la competencia entre estos grupos biológicos constituye el motor a gran escala de la evolución.
El esquema seguido por la evolución es el siguiente; primero una población concreta se escinde en subpoblaciones debido a su gran dispersión geográfica, estas subpoblaciones siguen caminos evolutivos divergentes, es decir, cambian su fondo genético mediante el mecanismo expuesto en el apartado de la evolución de las poblaciones hasta que sus respectivos fondos genéticos son diferentes tanto entre sí como respecto a la población originaria, estas subpoblaciones pueden seguir evolucionando de manera divergente hasta dar especies absolutamente diferenciadas que no vuelven a entrar en contacto en el mismo hábitat, o por el contrario volver a contactar y establecer relaciones de competencia hasta que uno de los grupos logra desplazar a los demás y a partir de éste se reanuda el mismo proceso. Evidentemente hay muchos grupos que desaparecen por competencia con especies muy diferenciadas, por infecciones o por catástrofes naturales que determinan alteraciones en la cadena trófica muchas veces el azar desempeña un papel de gran importancia en los procesos evolutivos En el caso del hombre las cosas no son diferentes salvo en que el nicho ecológico ocupado por el ser humano es el de un superdepredador que no tiene competidores fuera de las otras razas de su misma especie. La población europea en concreto ha demostrado una gran competitividad biológica a lo largo de su historia, puesto que ya en el paleolítico, su industria lítica más avanzada y su mayor capacidad técnica en la fabricación de arpones de hueso y otras armas la permitieron desplazar a los neandertales. En épocas más recientes el hombre europeo se ha adaptado sin problemas a otros continentes demostrando una mayor capacidad que las poblaciones autóctonas. Un ejemplo lo encontramos en Australia, donde los primitivos australoides fueron casi totalmente desplazados durante la segunda mitad del S.XIX.
Podemos entonces concluir que uno de los principales motores de la evolución y por lo tanto de la historia, dado que esta no es más que un corto nexo de tiempo en la evolución humana a la que se le añade un factor cultural, es la lucha racial.
¿Qué son las razas, subespecies y especies?
En los apartados anteriores hemos utilizado con frecuencia el término "grupo biológico" sin entrar en más detalles, esto se debe a la dificultad de definir con el suficiente rigor términos como raza o subespecie.
La taxonomía es una ciencia en la que desde sus inicios se han producido polémicas y discrepancias en todos sus niveles, desde las grandes divisiones en familias y órdenes hasta las divisiones más elementales en géneros y especies.
Hoy en día se suele aceptar el criterio del aislamiento reproductivo para diferenciar unas especies de otras, es decir, se reconocen como pertenecientes a la misma especie los individuos capaces de cruzarse entre sí dando una descendencia fértil, lo cual supone que entre dos especies hay una imposibilidad física de que se produzca flujo genético. Esto en principio no exige que halla una gran distancia genética entre ambas especies, sino sólo que halla diferencias genéticas suficientes para impedir el intercambio genético, ejemplos de esto lo tenemos en algunos insectos que difieren tan sólo en un pequeño grupo de genes uno de los cuales determina el periodo del año en el que entran en celo y por lo tanto impide los cruces entre una variedad y otra. Por el contrario existen grupos dentro de los cuales es viable el intercambio genético dentro de los cuales se dan distancias genéticas mucho mayores.
Llegados a este punto es conveniente definir el término "distancia genética", el cual vamos a utilizar a continuación repetidas veces. Como ya hemos dicho antes, una población se caracteriza por su fondo genético, siendo éste el conjunto de genes de la población y las frecuencias de los distintos alelos. Dado un gen determinado para el que hay dos alelos, siendo la proporción de uno de ellos en la población A, p y la proporción del mismo en la población B, q, entonces para ese gen la distancia genética entre dichas poblaciones para ese gen será: p-q. Si hubiese más de dos alelos la distancia genética se definiría como la media entre las diferencias en las proporciones de cada uno de los alelos en ambas poblaciones. De todo esto se desprende que para un gen concreto la distancia genética entre dos poblaciones oscila entre los valores 1 (en el caso de que los alelos sean exclusivos de una de las dos poblaciones) y 0 (si las frecuencias de los alelos son iguales en ambas poblaciones). La distancia genética total será la media entre las distancias genéticas de todos los genes, definición esta última no aplicable a poblaciones con distinto número de genes, para las cuales consideraremos que la distancia es 1 para los genes de los que carece la otra población. En la mayor parte de los casos, al no conocerse el genoma completo de una especie, suelen considerarse distancias genéticas tomando en consideración tan sólo un pequeño grupo de genes, los más utilizados de los cuales son los antígenos sanguíneos en el caso de especies de mamíferos. En el caso de la especie humana aún no conocemos en número de genes que componen nuestra herencia, aunque se han hecho especulaciones a partir de la cantidad de ADN que hay en las células humanas y del número de bases nitrogenadas (los monómeros que componen el ADN) que tiene un gen en promedio, con estos datos podría llegar a haber hasta 5.000.000 de genes, aunque se sospecha que gran parte de este ADN es estructural y no lleva información para la síntesis de proteínas, por lo que se suelen aceptar cifras entre 10.000 y100.000, margen ciertamente amplio.
Las diferencia básica ente especies, razas etc. en lo que a distancias genéticas se refiere es que mientras que debido al aislamiento reproductivo que se da entre individuos de distintas especies, estas aparecen como islas en una hipotética representación de las distancias genéticas mientras que entre razas o subespecies (términos entre los que no hay una distinción universalmente reconocida) habría un continuo de poblaciones con distancias genéticas intermedias, lo cual no implica necesariamente que éstas sean menores que las existentes entre dos especies distintas pero próximas genéticamente.
La raza blanca
El fondo genético de los blancos ha tenido pocos cambios desde que el hombre de Cromagnon se estableció en Europa con la subsiguiente extinción del hombre de Neanderthal. En el Neolítico las poblaciones que pueden considerarse blancas ocupaban toda Europa, los precursores de los pueblos indoeuropeos ya habitaban el Este del continente mientras que el Oeste estaba poblado por los creadores de la cultura megalítica y del vaso campaniforme. El Norte de África estaba habitado por pueblos de lengua camítica de los que descienden los antiguos íberos, los cretenses y los antiguos egipcios, en Arabia ya habitaban los antepasados de los shemitas y también poblaciones blancas de difícil clasificación atendiendo a criterios lingüísticos habitaban en los montes Zagros y en Persia.
En la actualidad el flujo de genes desde las poblaciones negras subsaharianas hacia el Norte ha modificado notablemente los fondos genéticos de la población del Norte de África, de la que sólo quedan restos blancos puros en algunas tribus de beréberes aisladas. Estos flujos genéticos también han afectado seriamente la población de Oriente Medio, sobre todo debido a la religión islámica, que ha unificado desde el punto de vista religioso con el África central dichas zonas.
Desde el punto de vista de los logros históricos está claro que los europeos han demostrado una clara superioridad por encima de la mayor parte del resto de los grupos humanos. En la actualidad está muy en boga afirmar que este innegable hecho diferencial se debe a factores ambientales y a casualidades del desarrollo histórico, lo cual no deja de ser una abyecta tautología equivalente a afirmar que "el desarrollo histórico de los blancos es mayor porque lo ha sido". También son manifiestas las diferencias entre europeos y negros obtenidas en las pruebas de inteligencia realizadas en EE.UU. también en este caso los radicales ambientalistas esgrimen una tautología similar a la anterior con el propósito de negar las evidencias.
Es verdad que hasta que no se culmine el estudio de todo el genoma humano ni se desarrollen métodos más precisos para medir la inteligencia no se podrá cerrar la boca a los ambientalistas que seguirán aferrándose a sus tautologías para salvaguardar los principios metafísicos, éticos y religiosos de los vencedores de la segunda guerra mundial. Con esto no queremos negar la influencia del ambiente en el desarrollo de los organismos, postura que sería absurda, pero sí resaltar la falacia en la que caen muchos ambientalistas que tratan de relegar el genoma a un papel casi anegdótico, postura de carácter más político que científico.
La solidaridad racial
Muchos filósofos han tratado de dar una explicación del altruismo, la mayoría de ellos han recurrido a la religión y a la metafísica para explicar el comportamiento altruista, incluso el gran Immanuel Kant, cuya epistemología es impecable, se deja arrastrar por las influencias que el pietismo (rama radical del protestantismo alemán) había tenido sobre él y en su "Crítica de la razón práctica" introduce la hipótesis de la religión como única explicación al hecho moral.
El hombre es ante todo una entidad biológica y por lo tanto toda explicación que se refiere a él debe ser buscada en la biología. Una manera de comenzar a abordar el problema (salvando las distancias) es considerar el caso de los llamados insectos sociales. El hecho de que la mayoría de estos insectos (obreras, soldados, etc.) no puedan tener descendencia y sin embargo colaboren activamente durante todo su ciclo vital para que la reina pueda reproducirse con éxito, parecía salirse de las pautas que siguen la mayoría de las especies, pero sin embargo este comportamiento es tan eficaz desde el punto de vista evolutivo como cualquier otro. Con su trabajo, el resto de la colonia de insectos contribuye a la transmisión del genoma de la reina, que es en realidad muy parecido o igual al suyo.
De forma análoga, en cierto modo, a los insectos sociales los homínidos que presentaban ciertos impulsos de comportamiento altruista contribuían a la supervivencia del grupo al que pertenecían, contribuyendo a la supervivencia de sus genes, ya que había una gran similitud genética entre los miembros del grupo. Cuando un homínido moría al salvar a su grupo genéticamente se estaba salvando a sí mismo y su genoma se transmitía a las futuras generaciones transmitiendo de este modo su carácter altruista (no es que haya un gen determinado que codifique el altruismo, pero sí un conjunto de ellos que determinan ciertas concentraciones de neurotransmisores en el cerebro las cuales desembocan en una mayor predisposición para un comportamiento altruista) se transmite a las generaciones futuras.
De esto se extrae que el altruismo es un método de defensa del propio código genético traducible en una "solidaridad racial". Evidentemente el altruismo tiene un fuerte carácter instintivo y puede aplicarse no sólo a miembros de la propia comunidad genética, cuando esto ocurre es especialmente nocivo en el caso de que se haga con grupos competidores por el mismo nicho ecológico. Un caso particularmente grave es la brutal explosión demográfica de los negros del África central originada en gran medida por los envíos de vacunas, medicamentos etc. que se han hecho desde los países blancos, tema que trataremos posteriormente.
Para terminar el apartado citaremos la frase de Stanley Kubrick: "la única verdadera inmoralidad es aquella que pone en peligro la supervivencia de la especie, el único mal absoluto es aquel que amenaza con aniquilarla." El único altruismo válido es el que sirve para defender la supervivencia de la propia especie y el mayor mal el que la amenaza. La supervivencia de una especie como la humana sólo contará con ciertas garantías si el nicho ecológico que le corresponde está ocupado por poblaciones con la suficiente capacidad de adaptación, lo cual en nuestro caso se traduce en la capacidad de desarrollo científico y técnico.
La solidaridad racial debe ser el fundamento de una ética para la supervivencia, la cual es la única ética válida. Consideraciones sobre el desarrollo histórico de Europa
En este apartado trataremos de exponer brevemente las pautas que ha seguido el desarrollo histórico de Europa y las distintas fuerzas que lo han determinado.
No vamos a detenernos en acontecimientos concretos sino que trataremos de daruna visión general de los 5.000 años de la historia de Europa.
Los motores de la historia En primer lugar hay que dejar claro que la historia no es un intervalo temporal aislado sino que hunde sus raíces en la prehistoria y durante ella siguen actuando sobre los grupos humanos las mismas leyes biológicas que determinan la evolución. El hecho de que la historia haya tenido un comienzo tan reciente hace que el hombre parezca estancado desde el punto de vista evolutivo desde sus comienzos, lo cual hace que se pase por alto que la historia es un periodo evolutivo más. Por todo lo anteriormente expuesto hemos de concluir que los principios biológicos que constituyen el mecanismo de la evolución también regulan el desarrollo histórico del hombre.
La gran peculiaridad que diferencia el periodo histórico del resto de la evolución es la presencia en éste de un ámbito cultural altamente desarrollado en constante interacción con el hombre. Este entorno cultural puede alcanzar muy distintos niveles de complejidad y su origen puede ser breve (e incompletamente) esbozado con la siguiente argumentación.
Cualquier animal para sobrevivir necesita una serie de nutrientes de los que extrae la energía necesaria para realizar su anabolismo (es decir mantenerse con vida) y también un trabajo útil que suele ser empleado en la obtención de nuevos nutrientes. Durante el paleolítico el hombre comenzó a desarrollar técnicas que le permitían gastar menos trabajo útil en la obtención de nutrientes y emplear el trabajo sobrante en una serie de actividades destinadas a la mejora de su calidad de vida, esto permitió que apareciese la cultura como un rasgo característico del hombre. Las sucesivas revoluciones tecnológicas han ido produciendo un mayor trabajo útil sobrante y como consecuencia una mayor complejidad cultural, el desarrollo de nuevas técnicas determina unas nuevas relaciones de producción y una nueva organización social, lo cual no tiene por qué implicar una concepción determinista de la historia como la que va asociada al materialismo histórico marxista. Ni en la naturaleza ni en la historia hay causas finales ni principios teleológicos.
Los factores que influyen en el desarrollo de las distintas formas de producción y las distintas estructuras socioculturales son varios. En términos generales se puede afirmar que la historia de una población humana es un producto del fondo genético de dicha población y del entorno en el que se encuentra ubicada.
Entendemos por dicho entorno el espacio físico en el que se encuentra la población estudiada, (lo que incluye características climáticas y recursos naturales) así como las relaciones con otras poblaciones. En el caso de las poblaciones europeas el entorno, salvo en la cuenca mediterránea, ha sido un medio bastante duro con crudos inviernos que dificultaban la obtención de cosechas y con yacimientos mineros explotados desde la antigüedad, pese a todo ello, la capacidad de los pueblos europeos, fruto de su fondo genético ha permitido la creación de civilizaciones muy avanzadas sobre el suelo de nuestro pequeño continente.
En ocasiones la escasez de recursos naturales en la propia Europa ha hecho que para el aprovechamiento de las capacidades de los pueblos europeos haya sido necesaria la expansión hacia otras zonas del planeta ricas en recursos y pobladas por grupos humanos carentes de la capacidad necesaria para sacar provecho de ellos, es decir, se ha necesitado expandir el espacio vital de los europeos, el colonialismo, pese a las controversias que ha generado es por lo tanto plenamente justificable desde este punto de vista.
Como conclusión a todo esto podemos decir que la historia se desenvuelve en dos planos que están en constante interacción, uno económico basado en las relaciones de producción que es minuciosamente descrito por las teorías marxistas y otro biológico basado en el fondo genético de las poblaciones totalmente dejado de lado por los marxistas.
Los pueblos indoeuropeos Europa, pese a ser una entidad más o menos homogénea genéticamente hablando desde el paleolítico superior, debe su identidad cultural a los denominados pueblos indoeuropeos, el papel desempeñado por la expansión de éstos, que comenzó hace unos 5.000 años, es crucial en la historia de Europa. Los indoeuropeos dejaron su impronta en todo el continente y más allá de él, como en el caso de la India e Irán. Muchas de las estructuras lógicas y los modos de pensar que poseían estos pueblos son los mismos que siglos más tarde darían lugar a la filosofía griega, la antigua ciencia hindú y la revolución científica del S.XVI, así pues para entender la esencia cultural (y también racial, puesto que la aportación de estos pueblos al acervo genético actual de Europa es significativamente mayor que la de cualquiera de las otras poblaciones también blancas de la época) de Europa es necesario saber quiénes eran los indoeuropeos.
Las lenguas indoeuropeas derivan de una primitiva lengua, común a un pueblo antiquísimo. De este primitivo pueblo indoeuropeo, dotado de enorme vitalidad y portador de un destino histórico inigualado, se fueron desgajando una tras otra, numerosas tribus. Su expansión, lenta pero continua, duró siglos enteros.
El filólogo alemán Bopp estudió los parentescos lingüísticos y culturales de los pueblos que forman la familia étnica indoeuropea. Tomando como base un estudio comparativo de sus respectivas lenguas, dedujo los rasgos culturales comunes, es decir, los que tenían antes de su dispersión.
El estudio de su léxico indica que desconocían la flora y fauna de los países cálidos, la pesca y la navegación. Su lugar de origen, por tanto, estaba en el interior, concretamente en las estepas del este de Europa. Usaban la numeración centesimal y eran eminentemente ganaderos nómadas, la cría de caballos tenía especial importancia.
La organización social era de carácter tribal, basada en la familia y en el clan. Son propensos a la democracia, desconocen la existencia de rey o autoridad equivalente, y cuando lo tienen se trata de una imitación de monarquías asiáticas, propio de pueblos indoeuropeos marginales.
En ellos predominaban los tipos altos, rubios, de ojos azules y dolicocéfalos, aunque ya entonces existía una gran variedad, siempre dentro de la raza blanca.
Su religión es social y de orientación naturalista. Rinden culto al cielo y a los fenómenos atmosféricos que de él se derivan. Sacrifican caballos, que son su principal fuente de riqueza. Los jefes de tribu son a la vez sacerdotes. El Estado es el pueblo en armas.
Se cree que hace unos 5.000 años ocupaban la región situada entre el Danubio y el Caspio y llegaban por el sur de Rusia hasta la estepa siberiana. Los eslavos quedaron sobre el terreno mientras los germanos se dirigían hacia el Báltico.
Hacia el año 2.600 a.C. salieron los hititas hacia el Bósforo y Asia Menor, en donde fundaron un gran imperio. Los casitas, arios, e hicsos invaden Mesopotamia. Después llegan hasta Egipto los hicsos, los arios mientras tanto se dirigen a la India y ocupan el Pundjab hacia 1500.
Los jonios y eolios ocupan Grecia desde el año 2.000 seguidos por los aqueos hacia el1.500 y los dorios cerca del 1.200. También en esa última fecha penetraron en Italia los primeros itálicos. Dos oleadas celtas llegaron a Italia en el 850 y en el 350, así se formó la GaliaGalia Cisalpina en el valle del Po.
Los celtas avanzan hasta Britania hacia el año 2.000, seguidamente se establecen en la Francia actual y en sucesivas oleadas alcanzan España a lo largo del primer milenio a.C. Estas ininterrumpidas oleadas de pueblos indoeuropeos, difundieron su lengua y sus costumbres por toda Europa y una gran parte de Asia. En parte esto fue causa de una gran superioridad bélica respecto a los pueblos autóctonos motivada por el uso del carro y del caballo como armas de guerra y por el dominio de las técnicas metalúrgicas del bronce y del hierro posteriormente.
Evolución de la idiosincrasia europea Como hemos visto, Europa presenta una serie de características raciales y culturales comunes a todo el continente, pero por otro lado hemos de reconocer una inmensa pluralidad originada por la separación geográfica que ha hecho aparecer numerosas variaciones culturales e idiomáticas. En este apartado trataremos de ver las generalidades más que las particularidades con el objeto de hacer una exposición breve y clara.
La Europa actual desde el punto de vista cultural es fruto del primitivo substrato indoeuropeo modelado a través de las distintas épocas históricas e influenciado por algunas aportaciones externas como el cristianismo. En la llamada civilización occidental hay una nota distintiva que la diferencia del resto de las civilizaciones. Esta nota consiste en el desarrollo del pensamiento científico, no vamos a pararnos a disertar sobre el método científico, sobre el que podrían escribirse cientos de volúmenes, pero sí que vamos a sondear los gérmenes de este pensamiento en la cultura de los antiguos pueblos indoeuropeos.
Una premisa fundamental para el desarrollo del pensamiento científico es la suposición de que en la naturaleza existen regularidades que pueden ser accesibles al conocimiento, al principio, tanto en Europa como en otras partes se daba un enfoque mítico a la explicación de los fenómenos naturales, pero este enfoque, pese a que hubiese quien creía efectivamente en los mitos, no pasaba de ser una forma literaria de explicar el orden natural, hay casos, como el de la mitología germánica en el que los dioses no pasan de estar pese a sus poderes sobrenaturales sometidos en ultima instancia a leyes de la naturaleza que no gobiernan. En este contexto siempre había sitio para explicaciones alternativas de los fenómenos naturales al margen de los mitos, así surgió la filosofía griega basada en una actitud racional ante la realidad que se extenderá a todo el ámbito mediterráneo y más tarde al resto de Europa.
Frente a esta actitud de origen indoeuropeo hay otra emanada del judaísmo totalmente opuesta. Esta concepción se basa principalmente en la creencia en un dios único y personal, la distinción frente a la concepción de indoeuropea que cristalizó hace 2.500 años en la filosofía griega es radical, en primer lugar el monoteísmo judío implica la creencia en un dios que crea el universo y que tiene la capacidad de modificar su marcha a su antojo, en este contexto no tiene sentido la pretensión de conocer las leyes físicas que gobiernan la naturaleza ya que son un mero capricho del supuesto creador, pero lo más llamativo es que el dios postulado por el judaísmo entra en la historia, conversa con su pueblo y dirige no sólo la naturaleza sino también la historia a su antojo. En este ámbito religioso el interés científico por el conocimiento de la naturaleza es desplazado por el estudio de las escrituras de supuesta inspiración divina y otras actividades improductivas. Hay aún otra diferencia substancial entre ambos modos de pensar, mientras que en el contexto de las religiones politeístas indoeuropeas no había apenas dificultades para que se desarrollasen al margen de la religión mayoritaria nuevas explicaciones de los distintos fenómenos naturales, la creencia en un dios único impone una explicación unívoca de la realidad, así se explica la brutal caza de herejías y heterodoxias desencadenada en el seno de las religiones que tienen su origen en el judaísmo.
El cristianismo, religión de origen judío, ha tenido un indiscutible papel en la historia europea, es conveniente que nos detengamos en ver a grandes rasgos cómo llegó a convertirse en religión mayoritaria de nuestra tierra y que consecuencias ha tenido esto. Al comenzar el S.IV el cristianismo era una secta de gran importancia en el Imperio Romano y que poseía una gran organización que ligaba todas sus comunidades. Fue el pragmatismo de Constantino y otros emperadores posteriores, que vieron en la nueva religión el nexo de unión que necesitaba el ya decadente Imperio lo que llevó al cristianismo a convertirse en religión oficial y no visiones durante la batalla del puente Milvio ni otras estupideces que cuenta la tradición cristiana.
Durante mucho tiempo la religión supuso un nexo de unión para la Europa medieval, que la ayudó a resistir las diferentes oleadas islámicas de la edad media. Las tradiciones del pensamiento indoeuropeo (nos referimos principalmente a la filosofía griega) influyeron a su vez sobre el cristianismo, ya en el S.XIV Guillermo de Ockam estableció la autonomía de la razón frente a la fe, lo que permitiría el posterior desarrollo del pensamiento científico, fenómeno que nunca se produciría con claridad en el ámbito musulmán (pese a los destellos de ciencia que se dieron en la Córdoba califal y también en Bagdad).
Pese a los aspectos positivos como la unidad de Europa en la edad media, que puede tener el cristianismo, por causa de esta religión y del dogmatismo que como buena secta judía la caracteriza, hemos tenido que soportar fratricidas guerras de religión que aún persisten en el Ulster y continuas trabas a la ciencia, los casos de Galileo y de Darwin son los más significativos entre muchos otros. ¿Ha merecido todo esto la pena?.
A partir del S.XVI se produce la revolución científica y comienzan a sentarse las bases del espectacular desarrollo tecnológico que experimentará el continente en los dos últimos siglos. El desarrollo científico y técnico es el fenómeno más característico de la civilización occidental y constituye uno de los hechos en los que se hace patente la diferencia entre el fondo genético europeo y los de otras poblaciones. Por esto es necesario un breve análisis del papel de la ciencia en las sociedades modernas.
En poco más de tres siglos, la ciencia ha conquistado un lugar preponderante en la sociedad occidental en la práctica. Las sociedades modernas deben a la ciencia su riqueza y su estado de bienestar, pero la ciencia no ha logrado alcanzar la función que le corresponde en el pensamiento. La civilización occidental ha aceptado las riquezas y el poder que la ciencia les ofrecía, pero no han comprendido el profundo mensaje de la ciencia. El método científico supone la definición de una nueva y única fuente de verdad y exige la revisión total de los fundamentos de la ética. Armadas de todos los poderes que ofrece la ciencia, nuestras sociedades tratan de conservar sistemas de valores cuya eliminación es una exigencia de esta misma ciencia.
Ninguna sociedad anterior había sufrido una dicotomía tan profunda entre las fuentes de conocimiento y las de valores éticos. Las sociedades liberales de Occidente enseñan como base de su moral una mezcla explosiva de religiosidad judeocristiana, de creencia en los derechos "naturales" del hombre y de pragmatismo capitalista. Los fundamentos de la moral, basados como están en la religión y la metafísica, están fuera del conocimiento objetivo, fuera de la verdad y por lo tanto son hostiles a la ciencia. Las contradicciones son tan manifiestas que repugnan a la razón de cualquier hombre dotado de algunainteligencia.
¿Cuál es la ética que viene exigida por la ciencia?. Esta ética es la de la solidaridad racial expuesta anteriormente, sólo esta ética es acorde con el conocimiento científico que versa sobre el hombre y por lo tanto es la única ética verdaderamente acorde con la idiosincrasia europea, cuya principal característica es la ciencia.
Europa en el mundo actual Ahora entramos en la parte final de este manifiesto en el que trataremos de exponer breve pero claramente los problemas de Europa y de todos los europeos del Mundo y se propondrán las líneas de acción que a largo plazo deben conducir a su solución.
Los orígenes del orden actual
El orden mundial en el que nos encontramos inmersos tiene su origen en el resultado de la II Guerra Mundial. Tras el conflicto Europa quedó totalmente destrozada y ocupada militarmente por los ejércitos americano y soviético, ocupación que aún sigue vigente en el caso americano. No vamos a entrar en la descripción del lamentable estado en el que quedó nuestro continente tras cinco años de conflicto, puesto que no es una labor grata, (basta recordar ciudades como Dresden), ni tampoco vamos a hablar mucho de la caza de brujas realizada por los vencedores contra toda ideología molesta y que tuvo como resultado cientos de ejecuciones sumarias por toda Europa.
La guerra no sólo supuso una derrota para las potencias derrotadas, sino también para vencedores como Francia y Gran Bretaña, que vieron como sus imperios coloniales desaparecían, ni a U.S.A., ni a la U.R.S.S., les convenía mantenerlos ya que el primero veía en ellos la posibilidad de nuevos mercados y la segunda territorios por donde extender el comunismo. Los gobiernos de las "vencedoras" potencias coloniales no tuvieron inconveniente salvo alguna que otra reticencia a abandonar las colonias y dejar a su suerte a los europeos que habitaban en ellas. Tras una desesperada guerra de resistencia miles de franceses tuvieron que huir de Argelia mientras De Gaulle, tan activo en combatir lo que había sido un intento de unificar a los pueblos europeos ahora se mostraba bastante condescendiente con la expulsión de millares de franceses de Argelia. De igual modo el gobierno británico dejó que los colonos de Kenya, tras su heroica resistencia frente a los Mau Mau se viesen abandonados a su suerte y obligados a aislarse en sus remotas granjas. De esto podríamos poner docenas de ejemplos. La única excepción fue Sudáfrica, en la que los colonos europeos habían logrado hacerse con el poder y desvincularse de la metrópoli. Este intento de resistencia blanca logró finalmente ser frustrado por la O.N.U. y finalmente los colonos al igual que en Kenya se ven obligados a tratar de subsistir manteniendo el poderío económico en el medio del caos negro que gobierna el país.
La O.N.U. representa el nuevo orden establecido por las potencias vencedoras, y de esta organización dependen los organismos que se encargan de difundir los principios morales del sistema, principios que se basan en la metafísica y en la religión y de los que ya hemos hablado antes. Con la caída de la U.R.S.S. y el fin de la guerra fría toma forma definitiva el orden mundial que hoy conocemos y que pasamos a describir con brevedad a continuación.
Los pilares del sistema
La principal característica del orden actual es lo que se ha llamado globalización, esta tendencia responde a la expansión del capitalismo encarnado en las grandes multinacionales hacia nuevos mercados, lo que trae como consecuencia el libre flujo de mercancías y de mano de obra por todo el Planeta.
Para una multinacional no existen las razas ni las civilizaciones, tan sólo el capital y la mano de obra, en este contexto la tendencia es hacia una "aldea global" completamente homogénea en la que los hijos de la rica civilización occidental y de su tradición científica sean igualmente explotadas que los de las tribus de la sabana y del vudú. Los garantes de esta situación económica son principalmente los gobiernos de EE.UU y de Europa occidental que no dudan en utilizar sus ejércitos (N.A.T.O) para destruir cualquier amenaza hacia el sistema económico global. El fundamento ideológico de este sistema consiste en la supresión del orgullo racial y nacional de los pueblos susceptibles de cambiarlo, es decir de los europeos y en general de todos los blancos del Mundo.
Para justificar la explotación por igual de un blanco que de cualquier otro individuo hay que sentar primero el principio de igualdad entre las razas (principio místico y moral que no tiene ningún fundamento científico más allá de la pseudociencia hoy tan de moda), este y no otro es el fundamento del sistema, de ahí que todos los grupos que lo aceptan, pese a que en el pasado pudieran ser enemigos del capitalismo, hoy están dentro del sistema. Tal es el caso de amplios sectores de la izquierda, que funcionan como un engranaje más del capitalismo internacional limitándose a defender el principio de igualdad y recordando de vez en cuando que aún están en contra del capitalismo, ¿quién lo diría? En vista de cómo cuidan la globalización, base en la que se apoya el capitalismo actual.
Los principios globalizadores son inculcados a la población europea desde la infancia mediante cientos de reflejos condicionados que hacen que ya los niños de corta edad asocien cualquier idea contraria al principio de igualdad a un profundo sentimiento de culpa al igual que el perro de Pavlov asociaba la idea de comida al sonido de un timbre. Al sistema le interesa también que en su seno proliferen organizaciones radicales que actúen por él contra cualquier intento de insurrección y se encarguen de difundir la ideología igualitaria y globalista (muchos de estos grupos se llaman organizaciones no gubernamentales, ¿no sería más apropiado llamarlas organizaciones gubernamentales?). En este contexto social resulta muy difícil cualquier atisbo de oposición al sistema, por lo que será necesaria una gran constancia y unas líneas de acción muy bien definidas para llegar a organizar un movimiento revolucionario.
El problema demográfico Ahora es el momento de dar algunas nociones sobre demografía y sobre los peligros que la explosión demográfica actual conlleva para los europeos. En primer lugar hablaremos de la evolución de las poblaciones animales en general.
Para entender la demografía definiremos una serie de variables que determinan la variación en el tiempo del número de individuos de una población. El índice de crecimiento es la diferencia entre los índices de natalidad y de mortalidad de una población en condiciones normales, es decir el crecimiento que experimenta la población por unidad de tiempo y por cada miembro de la población suponiendo que no haya límites externos (escasez de alimentos), denominaremos "r" a este índice. Por otro lado llamaremos "K" al número máximo de individuos de una determinada especie que puede mantener un ecosistema determinado. La velocidad de crecimiento de la población será: dN/dt=rN((K-N)/K), siendo N el número de miembros de la población. En el caso de que N sea mucho menor que K, dN/dt=rN aproximadamente, integrando la ecuación, vemos que N es una función exponencial de t; análogamente, cuando N es casi igual a K la velocidad de crecimiento es cero y la población alcanza un máximo. La gráfica de N en función de t adopta una forma sigmoidal con una asíntota horizontal para N=K. En el caso de las poblaciones humanas, el índice de crecimiento, es decir la diferencia entre natalidad y mortalidad, está determinado por una amplia serie de factores bastante complejos, siendo los principales la incidencia de enfermedades en cuanto a mortalidad y el contexto social en lo que a natalidad se refiere. El factor K está determinado por la cantidad de alimentos producibles, lo cual depende en gran medida de los medios de producción utilizados, es decir del desarrollo técnico de la sociedad en cuestión. En vista de todo lo anterior, cada vez que se produce una revolución en los métodos de producción, a parte del excedente de trabajo útil del que hablamos anteriormente y que permite la creación de un entorno cultural más complejo se produce un excedente de alimentos que conlleva un aumento en el factor K y en la velocidad de crecimiento de la población, por otro lado el aumento de la complejidad del entorno cultural hace que haya una disminución de la mortalidad motivada por la mejora de las condiciones higiénicas etc., lo que también motiva un aumento más rápido de la población.
El aumento demográfico en sí acarrea la necesidad de más recursos alimenticios, lo que exige que una mayor parte de los recursos productivos se dediquen a la mera obtención de alimentos y disminuya lo que hemos denominado trabajo sobrante, esto acarrea una disminución de la calidad del entorno cultural y del nivel de vida. Como vemos, cada revolución técnica lleva consigo dos efectos contrarios, por un lado un aumento de la calidad de vida y por otro un aumento de la población y una subsiguiente disminución de la calidad de ésta. En el caso de la revolución industrial esta contradicción tuvo como resultado la depauperación de la clase trabajadora, lo cual originó conflictos sociales que aún duran y que fueron consecuencia de la incapacidad de los gobiernos de la época para prever las consecuencias de la revolución tecnológica ante la que estaban y de su resistencia a modificar las estructuras económicas con vistas a un mejor aprovechamiento de los excedentes alimenticios producibles por las nuevas tecnologías. Las sociedades occidentales han adaptado espontáneamente su demografía disminuyendo la natalidad como resultado de una nueva estructuración social asociada al aumento del nivel de vida controlando así su demografía.
Muy diferente al caso de la revolución industrial en Occidente es el caso de la explosión demográfica que actualmente se da en África y en algunas otras zonas subdesarrolladas. Mientras que en Occidente (y en la actualidad también en algunas zonas de Asia) el crecimiento demográfico respondía a un fenómeno interno caracterizado por el desarrollo de las capacidades tecnológicas de las naciones en cuestión, en Gran parte de África (zona en la que antes de la llegada de los europeos apenas se había producido la revolución neolítica) el aumento de la población responde a una brusca bajada de la mortalidad como resultado de la ayuda sanitaria enviada desde Occidente. Esto produce un aumento de la población y un aumento en la demanda de alimentos que debe ser subsanado por un aumento extensivo (consistente en la explotación de más terrenos) de la producción, ya que las poblaciones de la zona son incapaces de un desarrollo tecnológico y tan sólo disponen de algunas infraestructuras propias de la etapa colonial, ya muy mal conservadas y de algunas factorías pertenecientes a multinacionales en busca de materias primas y mano de obra baratas. El aumento extensivo de la producción además de dañar el medio ambiente es insuficiente, por lo que el aumento demográfico sólo puede ser sostenido por más ayudas exteriores, lo que supone un círculo vicioso. Este aumento demográfico originado y mantenido por los occidentales es absorbido también por los países europeos en forma de flujos migratorios masivos que no cesarán hasta que no lo haga la explosión demográfica en África y otras zonas subdesarrolladas, explosión que a su vez no se detendrá hasta que Occidente ya no pueda mantenerla, lo cual indicará que Europa se ha convertido a su vez en una zona subdesarrollada víctima del subdesarrollo que traen consigo los inmigrantes del Sur.
En resumen, de seguir así las cosas Europa está condenada a seguir alimentando a sus propios invasores hasta que ya no le queden fuerzas para seguir haciéndolo, todo esto mientras miles de ignorantes siguen pidiendo a gritos que se aumenten los fondos para el tercer mundo, que se condonen deudas etc. .
La invasión de Europa
En contraste con la mayor parte del Mundo, en Europa se está produciendo actualmente un considerable descenso de la natalidad motivado por el uso generalizado de anticonceptivos y otras técnicas de planificación familiar. Por otro lado la explosión demográfica de África y otras zonas del mundo subdesarrollado genera un creciente flujo de inmigrantes hacia nuestro continente, que una vez instalados en Europa; debido a la mentalidad atrasada y tradicional de estos inmigrantes, la cual es consecuencia en muchos casos de la tradición islámica; resultan ser notablemente prolíficos, todo lo cual supone una rápida expansión de estos invasores por toda Europa occidental.
Los gobiernos de los países que experimentan la inmigración, que no son más que títeres de la O.N.U. y por lo tanto fieles representantes del orden mundial descrito anteriormente, ven en este fenómeno una rica fuente de mano de obra barata para las multinacionales y también un agente de homogeneización muy útil para sus pretensiones de mercado global. Ese mismo fenómeno tendente hacia la homogeneidad de la sociedad es el que se viene buscando desde el gobierno de los Estados Unidos al romper la segregación existente desde la guerra de secesión entre los descendientes de europeos creadores de la nación y la "minoría" (su número crece a pasos agigantados) negra. Tanto en América como en Europa la negritud está siendo utilizada como un agente para la consecución de la famosa "aldea global".
Las consecuencias de todo esto para Europa apenas comienzan a notarse, pero son ya casi inevitables. La primera de ellas es un considerable empobrecimiento cultural, ya que la rica variedad europea tiende a ser sustituida por un bloque cultural homogéneo similar a la actual cultura americana, la inestabilidad social irá creciendo paulatinamente como resultado de la aparición de enormes capas de pobreza importadas desde el tercer mundo, también es posible que haya una notable disminución de las libertades originada por la difusión del islamismo en suelo europeo, con la consiguiente esclavitud de la mujer y otras aberraciones típicas de África.
Una consecuencia aún más grave es la radical alteración del fondo genético europeo. Como dijimos al hablar de los motores de la historia, el desarrollo de las sociedades está determinado por las influencias del entorno en el que se encuentran y por el fondo genético de la población creadora de la sociedad que tratamos. La introducción masiva de genes africanos en las poblaciones europeas acarreará consecuencias realmente traumáticas para la cultura sustentada en estas poblaciones.
Observando con detalle los indicadores del desarrollo de un país y la población que lo habita podemos establecer una proporcionalidad casi directa entre el subdesarrollo de un país y la aportación de los negros africanos al fondo genético de la población de ese país. Las excepciones que podemos poner son los casos en los que hay o ha habido hasta hace poco una segregación efectiva entre la población negra y otro sector de población que actúa como motor del desarrollo del país (nos referimos a lugares como EE.UU o Sudáfrica) casos en los que no se puede hablar de un fondo genético común sino de distintos fondos genéticos separados en gran medida. Para casos en los que la distribución de las distintas frecuencias genéticas es más o menos homogénea como el norte de África y Sudamérica, podemos establecer la siguiente ley empírica: D=K1+K2d , en la que D es un indicador genérico del desarrollo de un país, las constantes dependen de la riqueza natural del país y del entorno geopolítico en el que se encuentrasituado y "d" es la distancia genética (definida como indicamos al hablar de los conceptos de raza etc.) entre la población del país estudiado y una población estándar de África central.
Hemos hablado hasta ahora de las alteraciones económicas y socioculturales que puede causar la inmigración masiva, pero aún hay una consecuencia más grave originada por las diferentes tasas de natalidad entre la población europea autóctona y los inmigrantes y otras minorías como los gitanos enquistadas en Europa ya desde hace siglos. Estas diferencias en las tasas de reproducción tienen como resultado un cambio brusco en el fondo genético de las poblaciones autóctonas, que tienden a ir siendo sustituidas paulatinamente por un conglomerado de mucha menor eficacia biológica en relación con el nicho ecológico ocupado por la especie humana. Sería muy triste que una población como la europea perfectamente adaptada a su medio y capaz de crear entornos culturales de una gran complejidad, fuese desplazada por una serie de poblaciones parásitas, debido a una diferencia en las tasas de natalidad y a la candidez e ineptitud de sus gobiernos.
¡Blancos del Mundo unámonos!
¿Cuál es la salida que nos queda ante los problemas expuestos anteriormente?.
Como ya hemos dicho el sistema funciona en Europa occidental como una eficaz máquina represora, en casi todos los países de esta zona hay leyes muy severas destinadas a defender el principio de igualdad entre razas en el que se basa el proceso globalizador. En este contexto es muy difícil actuar contra el sistema, pero es el propio sistema el que se está encargando de debilitar la estructura de la sociedad llenándola de inmigrantes debilitándose de ese modo a él mismo.
No vamos a definir aquí las estrategias de lucha a seguir, dado que las circunstancias sociopolíticas son cambiantes y habrá que acomodarse a ellas, pero sí vamos a decir que es necesario irse organizando en células autónomas y pequeños partidos que se comuniquen entre sí y coordinen sus actuaciones. Todo esto con vistas a contar con una serie de grupos bien organizados y disciplinados que llegado el momento sepan canalizar y dirigir el descontento de la población blanca, que no dudamos irá creciendo a medida que su nivel de vida se vea amenazado.
Desde aquí hacemos un llamamiento a todos los blancos del Mundo para que se organicen y combatan la globalización en la medida de sus posibilidades, la lucha que se avecina no es una cuestión de ideologías sino el combate de la raza blanca por su supervivencia y por el nicho ecológico que le pertenece.
No queremos vivir en una aldea global, sino en una gran urbe blanca.
 
 
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